here I go again

Hace tiempo recibí una noticia, fue dura porque no me había percatado del alcance de mis actos día a día, trataron de adornarla con bellos pensamientos, trataron de decirme que cuando esto sucediera uno iría a un lugar mejor, trataron de seducirme con el cielo. Pero la verdad es que ninguna de estas cosas cambiaria la importancia de la notica, no hay margen de error, la consultaron una y otra ves y no hay escape, la noticia era la siguiente: voy a morir…
No saben la fecha, ni la hora exacta, no saben si será este año, el que sigue, o dentro de cincuenta años, pero moriré, la noticia no era nueva, no, pero el que alguien me lo dijera de tan cruda forma despertó sentimientos encontrados en mi, primero fue temor, porque es real, piensa uno que la vida la tiene comprada, y que morirá muchos años después así que a lo largo del tiempo uno va aplazando las cosas para mañana, un mañana que casi nunca llega. Aplazamos cosas buenas y cosas malas, por terror, por amor, por temor al fracaso, por temor a la felicidad, a la soledad, etc… ¿Y que tal si no sale como yo espero?, ¿Qué tal si pierdo todo en el camino?, ¿Qué tal si ella o el no me quiere?, ¿Qué tal si quedo solo completamente? , estas preguntas las formula a diario el dragón del miedo, que nos tiene prisioneros en una torre de la que ningún príncipe o princesa nos puede salvar. A primeras creeremos que podemos vivir así, de la misma manera sin arriesgar ni perder nada, aunque tampoco ganando nada, pensamos que es una vida cómoda, linda, hasta que volteamos para atrás y nos damos cuenta de lo mucho que nos perdimos, nos damos cuenta de cuantas chicas y chicos dejamos ir, con los cuales hubiéramos pasado momentos maravillosos, nos damos cuenta de los miles de lugares que pudimos conocer, los cientos de empleos distintos que pudimos conseguir, los miles de amigos que dejamos de conocer… Creo que encontraremos miles de pretextos para poder tapar nuestra infelicidad, podremos echarle la culpa a la sociedad, por sus estrictas normas sociales, las que usa la sociedad para medir si estamos locos o si nuestro comportamientos es normal, al temor que nuestra madre se quede sola, a la ira de nuestro padre por no seguir sus pasos, a la falta de dinero… tal vez a la falta de agallas, no importa al final solo será nuestra culpa. Al final un día tendremos la madurez necesaria para aceptar nuestra culpa, y espero no sea muy tarde para rectificar que el concepto de estar vivo ( en constante cambio, de ideas, de expresiones, de gustos, equivocando el camino y también acertando) es exactamente lo opuesto a estar muerto ( inmóvil). Y no temas si te tachan de incoherente, tienes todo el derecho de cambiar cada que quieras y cuestionarte una y otra vez, y por la locura no te preocupes, la locura de Dios es la sabiduría de los hombres y espero sea tu pan de cada día.